Blog de Mariangel Coghlan

La responsabilidad de ser mujer en estos tiempos…

Las mujeres en México somos 51% de la población, pero representamos solamente 38% de la población económicamente activa y, de todos los emprendimientos formales, sólo el 19% son dirigidos por mujeres. 

Estas cifras son bajas. Sin embargo, el desempeño que estamos teniendo las mujeres en el ecosistema emprendedor empieza a ser cada vez más relevante. En estos días ha aumentado considerablemente el  interés de las mujeres por realizarse profesionalmente, por sentirse productivas y empoderadas.

Nuestra primera batalla la ganamos al nacer, cuando llegamos al mundo y nos aferramos a la vida. Tristemente, por diversas razones, el 70% de los bebés no llegan a vivir. Desde el principio vamos creciendo en tamaño, vamos evolucionando dentro de ese pequeño cuerpo en formación, adquirimos la fuerza suficiente para hacerle frente a lo desconocido, adaptarnos a ello y entonces salir al mundo. 

Tenemos que estar agradecidas de la maravillosa oportunidad de estar aquí y de que, en su momento, otra mujer nos permitió ver la luz. Hay que reconocer que no puede haber un derecho más importante que el derecho a la vida misma. Esta posibilidad nos permite existir, crecer y emprender. 

Estamos viviendo una época sin precedentes en la historia de la humanidad y, a pesar de las evidentes injusticias y desigualdades existentes, hoy es más factible ir por nuestros sueños. En la gran mayoría de las culturas –desafortunadamente no en todas– tenemos la oportunidad de imaginar cualquier cosa, poner manos a la obra y trabajar con intensidad para alcanzar la meta que nos hayamos propuesto.

Verdaderamente son tiempos maravillosos pero también abrumadores. Vivimos con un exceso de información que si no somos capaces de procesar y sintetizar nos pueden producir un agobio que nos lleve a la saturación y al agotamiento físico y emocional y ahí tenemos que tener mucho cuidado.

A las mujeres por naturaleza nos gusta tener el control, nos gusta ser competitivas y solemos esforzarnos al máximo. Esto bien gestionado, sin duda, es una gran ventaja. Al mismo tiempo, cada vez están más llenas las consultas de psiquiatras y psicólogos atendiendo casos de ansiedad, depresión y angustia existencial, a lo que el tema de la pandemia no ha ayudado; tenemos que poner mucha atención a nuestro bienestar mental y emocional.

Queremos ser las mejores emprendedoras, esposas, mamás, amigas, jefas… y el asunto se complica cuando nos empezamos a comparar con las mujeres que admiramos y que nos parece que tienen la vida perfecta. ¿Cuál será el secreto para encontrar la armonía en nuestras vidas? ¿Cómo tener un emprendimiento exitoso, sin descuidar nuestro matrimonio y a nuestros hijos? ¿De qué forma podemos conseguir que nuestra empresa genere rentabilidad y además mantenernos en forma, no subir de peso y que nuestra casa esté de revista? ¿Cómo ser una “superwoman”?

Estas interrogantes suelen estar en cualquier reunión con emprendedoras, y evidentemente hay muchas respuestas. Al final cada mujer gestiona su situación de la mejor manera posible, pero suele haber un común denominador: el sentimiento de no llegar.

Aquí me parece que es donde nos tenemos que enfocar, tenemos que ser muy conscientes de nuestras capacidades y de las posibilidades reales que tenemos de hacer frente a todo. Tenemos que aprender a pensar inteligentemente, a analizar nuestras ideas, nuestras creencias, nuestros deseos y nuestros sueños. Tenemos que pensar adecuadamente para poder distinguir las cosas que nos benefician de las que nos perjudican.

Sé que somos capaces de hacer cualquier cosa que nos propongamos, pero también sé que es indispensable analizar nuestra jerarquía de valores para que no llegue un punto en el que nos arrepintamos de haber dedicado tantas horas a nuestro emprendimiento, descuidando otros aspectos de la vida que también son muy importantes. 

Me parece que éste es el reto más considerable al que nos enfrentamos actualmente las mujeres: encontrar el balance correcto en nuestras vidas. Tenemos todas las herramientas al alcance de nuestra mano para descubrir cómo vivir en armonía, el tema está en querer conseguirlo. Las mujeres que logran vivir con equilibrio, proporción y correspondencia adecuada entre las diferentes facetas de su vida son más felices y se sienten más plenas y realizadas.

Te invito a que te des un tiempo para pensar y reflexionar de cara a tener una personalidad equilibrada, sólida y verdaderamente feliz. ¡Vale la pena!

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