Blog de Mariangel Coghlan

Nuestra pasión por transformar espacios…

Para transformar un espacio es recomendable tener el apoyo de un interiorista profesional quien, con su conocimiento y experiencia, te ayudará a mejorar el diseño que, consecuentemente, te permitirá disfrutar más del proceso y desde luego del resultado final.

El interiorismo nació con la vocación de mejorar la forma de vivir de las personas, ése es su principal objetivo y su auténtica razón de ser. En nuestra firma de diseño nos dedicamos a transformar espacios con el  propósito de colaborar con cada uno de nuestros clientes para ayudarlos a vivir una vida más auténtica y más plena. 

Somos muy conscientes de la responsabilidad que esto implica y nos tomamos muy en serio el trabajo enfocándonos en comprender la verdadera identidad de cada una de las personas que atendemos, considerando siempre sus gustos, sus necesidades, sus sueños y sus aspiraciones. El proceso para transformar espacios es un gran reto creativo apasionante, aquí les comparto cómo lo hacemos nosotros.

Pasos para transformar un espacio

Uno

Lo primero es conocer el espacio, analizar y entender el contexto en el que se sitúa y estudiar cuidadosamente las posibilidades que ofrece.

Dos

A partir de ahí, hay que concentrarse en comprender las necesidades y los deseos de los futuros usuarios. Interesarse en saber cuales son sus expectativas para unificar los criterios, poder encontrar un estilo y acordar un concepto que nos guíe durante el desarrollo del diseño.

Teniendo esta información clara, recomendamos hacer un board en el que con ayuda de imágenes se aterrizan las ideas antes de comenzar a diseñar.

Tres

Es indispensable plantear un diseño a partir de una idea rectora clara, tener bien identificado el lenguaje que nos interesa desarrollar, manteniendo una narrativa coherente en todo el proyecto. La clave del éxito es permanecer fiel al concepto y a la idea original para no perderse en el camino.

Cuatro

Teniendo esto en cuenta procedemos a desarrollar el diseño del espacio, realizando una primera propuesta en donde se plantea: una distribución por áreas, la ubicación del mobiliario, una selección de materiales, texturas y acabados, se esboza un concepto de iluminación y una ambientación específica por área, se propone una paleta cromática y se sugieren los accesorios y complementos para vestir cada uno de los espacios.

Cinco

Para presentar el proyecto es recomendable realizar una maqueta virtual —con la volumetría del espacio— para que puedan visualizar nuestras ideas. De esta manera comenzamos a dialogar mostrando recorridos por el espacio totalmente diseñado y definido y vamos realizando ajustes hasta que quede de su completo agrado.

Esta etapa es sumamente enriquecedora puesto que cada proyecto es una ocasión de conocer diferentes personalidades, de aprender de otras formas de pensar, de percibir nuevas formas de vivir y convivir.  

Seis

En todo proceso de diseño se tienen que tomar cientos de decisiones, las posibilidades y las opciones son prácticamente ilimitadas y llegan momentos donde definirse se vuelve más complejo. Siempre tenemos que considerar que una buena elección no depende del dinero sino del buen gusto. 

Saber elegir bien es un “arte” que en parte se relaciona a una capacidad innata pero, sobre todo, tiene que ver con la experiencia y el estudio minucioso del tema. El gusto se tiene pero, más que nada, debe ser adquirido. Para tener buen gusto es necesario el esfuerzo constante del análisis y la práctica de muchos años. De ahí la conveniencia de acudir a los expertos. 

Hacer ajustes y corregir el rumbo es parte del proceso, pensar y repensar las cosas nos lleva a pulir el resultado y es muy recomendable hacerlo, hasta que llegamos a un punto en que es recomendable definirse y tomar una decisión para seguir avanzando.

Siete

Una vez que se concretan las especificaciones del diseño y se firma un contrato, lo que sigue es ejecutar el proyecto y esperar hasta el día de la entrega, donde podremos apreciar el resultado de todas las decisiones que se tomaron en el camino. Por mucho, este momento es el más emocionante de todo el proceso. A partir de ahí, el espacio recién transformado queda listo para ser disfrutado.

¡Hasta la próxima!

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