Blog de Mariangel Coghlan

El emocionante proceso al diseñar los interiores de una casa

El interiorismo es una actividad formal y seria que conlleva mucha responsabilidad, dedicación, entrega y una gran cantidad de esfuerzo. Es un trabajo de tiempo completo, verdaderamente muy apasionante, estimulante y reconfortante.

Hay tres formas diferentes de abordar un proyecto de interiorismo: la primera, cuando se está proyectando una casa y se va a iniciar la construcción; la segunda, cuando se tiene una casa nueva y solamente hace falta vestirla; y la tercera, cuando se tiene una casa y se quiere remodelar y transformar todo el espacio. 

Cualquiera de estas tres maneras de transformar espacios es emocionante y en cada caso se enfrentan distintos retos creativos. En esta ocasión, les contaré del proceso de diseño de interiores a la par que se inicia la construcción de una casa.

Como siempre, iniciamos con una entrevista detallada y cuidadosa con los futuros usuarios del espacio. Lo primordial es entender cuáles son sus necesidades, sus gustos y, sobre todo, sus expectativas.

Una vez  que comprendemos lo que esperan y sueñan, tenemos que acordar un concepto y unificar los criterios, ponernos de acuerdo en el estilo. En nuestra firma, nos gusta realizar un board en el que con ayuda de imágenes aterrizamos las ideas y nos alineamos -la firma y los clientes- antes de iniciar a diseñar.

Teniendo en cuenta esto, realizamos una primera propuesta donde planteamos una distribución por espacios, una paleta de color, una selección de materiales y una ambientación de cada área.

Realizamos una maqueta virtual para que los clientes puedan visualizar nuestras ideas; de esta forma, comenzamos a dialogar mostrando recorridos por el espacio totalmente diseñado, y vamos realizando ajustes hasta que quede de su completo agrado.

Esta etapa es sumamente enriquecedora, pues en cada proyecto tenemos la oportunidad de conocer diferentes formas de pensar y de vivir. Para nosotros es un gran reto aportar y colaborar a mejorar la calidad de vida a través de la transformación de los espacios.

Para diseñar interiores es necesario tomar cientos de decisiones en cada momento del proceso, unas son muy fáciles de definir y otras son un poco más complicadas. 

Las posibilidades y las opciones son prácticamente infinitas y llegan momentos en donde decidirse se vuelve un tanto abrumador si no contamos con una asesoría profesional. 

Al realizar un diseño se tienen que resolver la distribución, la ubicación y el modelo del mobiliario, los materiales, la paleta cromática, las texturas, los acabados, los accesorios y complementos, la iluminación y un largo etcétera.

Para lograr un buen resultado es necesario tener claro el lenguaje que nos interesa entablar y mantener una narrativa coherente en todo el proyecto. Esto suena sencillo y considero que es parte de la clave del éxito. Sin embargo, mantenerse fiel al concepto y no perderse en el camino es una de las metas más importantes. 

Hacer ajustes y corregir el rumbo es parte del proceso, pensar y repensar las cosas nos lleva a pulir el resultado y es muy recomendable hacerlo, hasta llegar a un punto en que es necesario parar y tomar una decisión para ejecutar y poder avanzar.

Una vez que se concretan las especificaciones del diseño y se firma un contrato, lo que sigue es ejecutar el proyecto y esperar hasta el día de la entrega, donde podremos apreciar el emocionante resultado de todas las decisiones que se tomaron. Por mucho, el momento de la entrega es el más emocionante de todo el proceso y, a partir de ahí, los usuarios podrán disfrutar una vida más plena en su nuevo hogar. 

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